25 de marzo de 2015

Si me quieres en tu vida, haz por mantenerme en ella

Llevo mucho sin escribir parrafadas por aquí y la verdad es que ahora me cuesta arrancar. Además es que sé perfectamente lo que quiero decir pero por otro lado escribirlo sería asumirlo, en cierto modo, y a mí es que estas cosas se me dan muy mal. Así que lo mejor será empezar dando un rodeo.

Me estoy leyendo un libro maravilloso. Un libro como hacía mucho tiempo que no leía. Un libro que me tiene atrapada hasta altas horas de la madrugada y con el que voy a todas partes (Debería controlar un poco esa costumbre los días en los que diluvia, la verdad). Me estoy leyendo El temor de un hombre sabio, y ahí he aprendido de la existencia de los grams.

Según (sabía que debía existir xD) la wikipedia del asesino de reyes, un gram es:

"Una interesante obra de artificería. Es una especie de armadura que impide que puedan hacer [magia de la chunga] contra tu cuerpo".

(Me he permitido una ligera licencia)

Total, una cosa que te proteje de las cosas malas. Y da la casualidad de que este año yo tengo grams. Las grams. La verdad es que desde que las tropas polacas se retiraron ya de por sí sentí una gran liberación, pero ahora estoy muy bien y eso es algo que no cambiaría. Y ahí está el quid de la cuestión. No cambiar cuando se está bien. O cambiar cuando se está mal.
Es verdad que para quitarme de encima a las tropas polacas usé un método poco ortodoxo en vez de encararme con ellas, pero siempre he mostrado mucha reticencia a los enfrentamientos (En parte porque soy una llorica y pierdo toda la seriedad si me echo a llorar). Esto lo digo para que sepáis que cuando me encaro con alguien, cuando decido decir a la cara lo que estoy pensando es porque no sólo he llegado a mi límite, sino que también me importa lo suficiente conseguirlo como para intentarlo, aunque rompa a llorar, si toca.

Entiendo que haya gente que no comparta mi modo de pensar (Soy muy especialita para ciertas cosas), pero me parece de lo más irracional no pelear por algo que se desea. Pelear, hablar, hacer ALGO. No me entra en la cabeza cómo alguien puede dejar la vida pasar, ver como la gente que le rodea se va y quedarse mirando sin hacer nada por impedirlo. Esto me dice dos cosas. O bien que esa persona no considera a su entorno lo suficientemente importante como para querer retenerlo o bien lo considera importante pero no sabe cómo retenerlo. En el primer caso, tenemos a un nihilista y en fin, al final se acabará el entorno y ellos seguirán ahí. En el segundo caso tenemos a un ingenuo. Porque nadie nace sabiendo y todo tiene un pase. Esta persona intentará mil y una cosas, pero como no sabe, seguramente no acierte.

Entonces, de nuevo, pueden ocurrir dos cosas. Que la persona a la que intenta retener se dé cuenta de estos intentos y le diga "Hey, colegui, así no, haz esto" o que le dé absolutamente igual, porque realmente quiere irse y hagas lo que hagas lo va a hacer.

En mi caso, es bastante fácil. Basta con conocerme un poquito para saber qué es lo que requiero para quedarme. Si después de intentar conocerme necesitas preguntarme si me duelen las ausencias o si dependo de mi entorno para estar bien, es que mucho no te has esforzado en saber cómo soy. Y si después de año y medio no sabes distinguir cuándo estoy diciendo "te necesito", aunque no use esas palabras, a lo mejor es que no te necesito tanto como yo pensaba.