29 de abril de 2009

Un mes.

29 de Abril del 2009.

No me gusta mi anterior entrada de esta categoría, pero quizá era necesaria. Al fin y al cabo, todos somos humanos, y necesitamos un momento de desahogo, de gritar y de desesperarse un poco.

Total, el tiempo pasa, y con él, la vida. Si nos ponemos filosóficos, podemos pensar que todas estas cosas están determinadas, y que no hay mal que por bien no venga, ya que si no fuera por X o por Y, no habría pasado W o Z.

Bueno, si lo vemos así... No. No me convence. Si ya ha pasado W o Z, ¡que X e Y vuelvan a ser igual que antes! Pero, como todo en esta vida, no es tan fácil.
Además, eso de buscarle un determinismo del destino o de alguna entidad divina no me convence. Prefiero no echar las culpas a nombres abstractos. Si ahora X e Y es diferente, es en parte por mi culpa.

Pero esta entrada no es para volver a exasperarme. Es para reorganizar mis prioridades. Como ya dije una vez, mi primera prioridad es ser feliz. Una serie de desajustes genéticos y cromosomáticos parecen ser propensos a causarme comeduras de cabeza que se ven incrementadas por situaciones hostiles.

Pero sigue siendo mi primera prioridad.

Volviendo al tema principal, hoy hace un mes desde el 29 de marzo, igual que la semana que viene hará un mes del 7 de abril y dentro de tres años hará tres años de esta entrada. Ya que el ser humano tiene por costumbre medir sus jornadas en fracciones de 24 horas, en estas 720 744 horas [Marzo tiene 31 días xDDD] ha habido también un cóctel de situaciones. He conocido a gente nueva [Alguna de ella con mayor trascendencia que otras], he ido a una Agrobarra [Con mi botellita de agua y chocolate], he tenido momentos de desilusión, momentos de ilusión, y algo que parece usual este año, pérdidas de amigos [Sí sí, como las cántigas, pero al revés].

Bueno, al igual que mis desajustes genéticos me causan comeduras de cabeza, también me han dotado de una infinita paciencia. Esperaré a que vuelvas. Sí, soy un poco idiota por ello, lo sé, puede que a lo mejor tardes años, o puede que ni lo hagas. Seguiré con mi vida, no pensaré en la situación, pero te esperaré, como esperaba aquellos días de invierno cuando llegabas 10 minutos tarde [Aunque según tú, mi móvil estuviera mal] porque aunque sé que esos días no volverán a repetirse, quedan en el recuerdo. Y es en base a esos recuerdos por lo que te echo de menos. Nostalgia, quizá.


Mientras tanto, a vivir, que son dos días.

3 comentarios:

Manuel Amaro dijo...

Acto recíproco cumplido.
Sigo viendo algo de tristeza en tus textos. Como bien has dicho, disfruta, que la vida se acaba pasado mañana!!!

Te dejaría un ejemplar de Fobos para que lo leyeras, pero sería humillante para mí después de que estás leyendo Cien años de soledad.

Crisandbar dijo...

Asdi!! te noto pensativa, me identifico contigo...jaja
Tienes razón en todo.Por desgracia el tiempo juega en nuestra contra pero hay q pillarle las weltas y aprovechar esos ratitos q nos hacen sentir felices =) por eso na mas merece la pena la cosa esta absurda q dicen q se llama vida.
Estos días también estoy yo un poco nostálgica porque hace justo un año estaba en Londres por una beca y..la verdad esq de allí volví totalmente distinta...fue impresionante...
Pues a eso hay q esperar, a q llegue otro momentillo q nos arranke una sonrisilla =)
un besito compi de pensamientos filosóficos!!:P

Manuel Amaro dijo...

Vosotras dos filosóficas, y yo lo único que pienso es en comer...

Sigo siendo un especimen diferente.

Cuando te estés leyendo un libro patata, me lo dices y te presto un Fobos. Mi ego no aguantaría una comparación con garcía marquez.

Besos.